La obra, ...

Génesis 1: 26/28 Entonces dijo: «Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo.» Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó, y les dio su bendición: «Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran.» DHH.

... en que se comprometió El Amor que es Dios, por sus criaturas en su Hijo Cristo Jesus, es eternamente restaurador del Amor en sus criaturas, a fin de crear "nuevamente la relación" que opera por Amor desde el corazón de los hijos por su Padre, en el armónico compartir del hogar, lugar en que el Amor se da y se recibe tan abundantemente que forma a la familia, en la que los vientres bendecidos por Dios, fructifican en los hijos, que cuando ven el rostro de sus madres, vibran en sus corazones de amor por ellas, porque las madres son el manantial del que fluye el Amor inconmensurable de Dios.

Genesis 4: 1/2, 25/26 El hombre se unió con su esposa Eva. Ella quedó embarazada y dio a luz a su hijo Caín, y dijo: «Ya tengo un hijo varón. El Señor me lo ha dado.» Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a criar ovejas, y Caín se dedicó a cultivar la tierra. DHH. Adán volvió a unirse a su mujer, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, pues se dijo: — Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. Set tuvo también un hijo al que llamó Enós *. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor. Génesis 4: 25/26 BHTI.

Hebreos 2: 14/15 Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte. NTV.

Galatas 4: 4/6 Pero cuando llegó el momento oportuno, Dios nos mandó a su hijo, que nació de una mujer y vivió bajo la ley. Así lo hizo Dios para poder comprar nuestra libertad de la ley y adoptarnos como sus hijos. Ustedes son hijos de Dios; y por lo tanto, él puso el Espíritu de su Hijo en nosotros, y ese Espíritu grita: «¡Querido padre!» PDT.

Juan 19: 26/27 Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre: — Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: — Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa. BHTI. 

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