! Acta, ...

Juan 1: 11/13 11Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron. 12Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. 13Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. DHH.  6Y porque ya somos sus hijos, Dios mandó el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones; y el Espíritu clama: «¡Abbá! ¡Padre!» 7Así pues, tú ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo suyo, es voluntad de Dios que seas también su heredero. Gálatas 4: 6/7. DHH.
 
... de decretos de muerte cancelada; fue hecho efectivo el "divorcio del que fingió ser padre", siendo en verdad el asesino, el destructor, el ladrón, el mentiroso, el que le hizo creer a la humanidad que la depravación consentida en la perversión crónica, endémica que navega en el espeso cieno que forma el piso del infierno, desdibujado con luces de neón y reflectores de ignomia que maquillan las huellas de las cadenas cauterizadas por el pecado, tienen por nombre éxito y prosperidad. 
 
Entonces Dios escribió la nueva y eterna acta de nacimiento de los redimidos de la eternidad que estaba atada al padre de mentira, y engendró-engendra-a sus hijos ,a partir de las criaturas que mueren en la cruz y nacen en la resurrección-tumba vaciá- obra sobrenatural. Obra Espiritual realizada por El Creador, por Cristo Jesús, El Unigénito que compulsa su Primogenitura ante el Padre, por cada uno de los que nacen de nuevo y tienen sus nombres escrito en el cielo.
 
1 de Juan 3: 7/9 7Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; 8pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo. Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. DHH.
 
Romanos 8: 14/16  14Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. 15Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» 16Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios. DHH.  9No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada; 10pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano. Efesios 2: 9/10. DHH.
 

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