! Siete !, ...

Zacarías 4: 10  10 No menosprecien estos modestos comienzos, pues el Señor se alegrará cuando vea que el trabajo se inicia y que la plomada está en las manos de Zorobabel». (Las siete lámparas[a] representan los ojos del Señor que recorren toda la tierra). NTV. 12 Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba y, al volverme, vi siete candelabros de oro. 13 En medio de los candelabros estaba alguien «semejante al Hijo del hombre»,[a] vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho. 14 Su cabellera lucía blanca como la lana, como la nieve; y sus ojos resplandecían como llama de fuego. 15 Sus pies parecían bronce al rojo vivo en un horno, y su voz era tan fuerte como el estruendo de una catarata. 16 En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos. Su rostro era como el sol cuando brilla en todo su esplendor. Apocalipsis 1: 12/16. NBD.

... en las matemáticas de Dios, es el "absoluto" que nos es dado de su Plenitud, el valor intrínseco del numero es el Paradigma con el que El creador se manifiesta a sus criaturas; el poder del exacto, invariable, "infraccionable" Absoluto de Dios, nos viene en la afirmación del número, que toma lugar en lo absoluto al lado del absoluto "tres veces": 777; Tres Plenitudes que son Un Absoluto, el Absoluto de Dios; tres Valores que no difieren en lo Absoluto, el Uno del Otro, sino que refieren al "Valor" Personal de Cada Uno, para darle Forma a la Trinitaria Persona de Dios.

Seis, es el absoluto que le da valor al hombre, es el número que explica la naturaleza humana, el paradigma en que el valor intrínseco del número, es el paradigma que nos revela la invariable, exacta e infraccionable individualidad de cada criatura cuyo valor es inherente a Dios, porque su "valor" está contenido en el absoluto de Dios; es el valor absoluto que hace del hombre "uno" como hombre, diferente "solo" por la participacion que el Creador le da de su Plenitud, que lo identifica, no que lo separa, Plenitud que lo "hace" imagen y semejanza, de la Absoluta Plenitud que lo creó.

Apocalipsis 13: 16/18 16 Mandó también que todos, humildes y poderosos, ricos y pobres, libres y esclavos, llevaran una marca tatuada en la mano derecha o en la frente. 17 Y sólo quien llevaba tatuado el nombre de la bestia o la cifra de su nombre era considerado ciudadano con plenitud de derechos. 18 Sabiduría se requiere aquí. El que presuma de sabio, pruebe a descifrar el número de la bestia, que es cifra humana. El seiscientos sesenta y seis es la cifra. BLP.

La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata y llevaba puestas hermosas joyas de oro, piedras preciosas y perlas. En la mano tenía una copa de oro llena de obscenidades y de las inmundicias de su inmoralidad. Tenía escrito en la frente un nombre misterioso: Babilonia la grande, madre de todas las prostitutas y obscenidades del mundo. Pude ver que ella estaba borracha, borracha de la sangre del pueblo santo de Dios, es decir, los que testificaron de Jesús. Me quedé mirándola totalmente asombrado. Apocalipsis 17: 4/6 NTV.

1 de Juan 2: 18/23 18 Hijitos, han llegado los últimos tiempos; y así como ustedes oyeron que el anticristo viene, ahora han surgido muchos anticristos; por esto sabemos que han llegado los últimos tiempos. 19 Ellos salieron de nosotros, pero no eran de nosotros. Si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron para que fuera evidente que no todos son de nosotros. 20 Pero ustedes tienen la unción del Santo, y conocen todas las cosas. 21 No les he escrito porque no conocen la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad. 22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.

23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. RVC. Pues aunque haya los así llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra (y por cierto que hay muchos «dioses» y muchos «señores»), para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos. 1 de Corintios 8: 5/6. NBD.  Por eso, ahora quiero que sepan que nadie puede decir: «¡Maldito sea Jesús!», si está hablando por el poder del Espíritu de Dios. Y tampoco puede decir nadie: «¡Jesús es Señor!», si no está hablando por el poder del Espíritu Santo. 1 de Corintios 12: 3. DHH.   

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