! Merecer !, ...

Matteo 23: 15 15 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Recorren tierra y mar para ganar un solo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno[a] que ustedes. NBD. Han aprendido muy bien la manera de rechazar los mandamientos de Dios para seguir sus propias enseñanzas. Marcos 7: 9 TLA.

... es el cumplimiento de lo que es justo, es la dignidad que manifiesta el que, por ser merecedor, reconoce justamente al que merece; es el discurrir de la integridad sostenida a todo costo, de los que han sido elegidos por la Fuente, por el Autor, para ser sus coparticipes, de manera que los que escuchan su "voz", tengan la certeza que no es la voz del elegido, sino el Eco Sagrado de la Voz que pronunciada con absoluta pureza, es la Voz del la Fuente, es la Voz del autor, Es la Voz que los llevara a ser coparticipes también de la Fuente, del Autor; tanto que el que no discierne esta Verdad, resultara siendo coparticipe del que pronuncia palabras, que los "duplica" en lo que merecen.

2 de Pedro 3: 15/17 15 Tengan en cuenta que la paciencia con que nuestro Señor nos trata es para nuestra salvación. Acerca de esto también les ha escrito a ustedes nuestro querido hermano Pablo, según la sabiduría que Dios le ha dado. 16 En cada una de sus cartas él les ha hablado de esto, aunque hay en ellas puntos difíciles de entender que los ignorantes y los débiles en la fe tuercen, como tuercen las demás Escrituras, para su propia condenación. DHH. 17 Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano, manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan. NBD.     

2 de Corintios 3: 1/3 Cuando decimos esto, ¿les parece que estamos comenzando otra vez a alabarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tendremos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos? Ustedes mismos son la única carta de recomendación que necesitamos: una carta escrita en nuestro corazón, la cual todos conocen y pueden leer. Y se ve claramente que ustedes son una carta escrita por Cristo mismo y entregada por nosotros; una carta que no ha sido escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; una carta que no ha sido grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos. DHH.

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