! Azuero ! , ...

Ester 1: 1/5 En los días de Asuero, es decir, el Asuero que reinó sobre ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía, sucedió que fue afirmado su trono, que estaba en Susa, capital del reino. En el tercer año de su reinado, Asuero ofreció un banquete a todos sus príncipes y cortesanos, en el que estuvieron presentes los personajes más poderosos de Persia y de Media, y también gobernadores y príncipes de provincias. Durante ciento ochenta días, ¡que fueron muchos días!, el rey Asuero les mostró las riquezas y esplendor de su reino, y el brillo y la magnificencia de su poder. Cumplidos estos días, el rey ofreció en Susa, la capital del reino, otro banquete de siete días para todo su pueblo. Lo ofreció para todos, desde el mayor hasta el menor, en el patio del huerto del palacio real. RVC.

... Vasti, amán, Mardoqueo. Ester, son las "personas" que según la biografía con la que el Creador nos las presenta, caminaron  por el mismo piso físico cumpliendo lo que es verdad eterna, en que se realiza la diferencia puesta el descubierto por lo que "se hace", según sea el piso espiritual que es la genuina diferencia, entres seres humanos y personas; genuina diferencia entre existencia y vida, genuina diferencia entre los que engañados obran según el poder subterráneo de las tinieblas, y los que conocedores de la verdad, obran guiados por el Espíritu de Dios, en cumplimiento de la Voluntad del creador, que "siempre se cumple".

Ester 1: 6,9 El patio estaba elegantemente decorado con cortinas de algodón blanco y colgantes azules, sostenidos con cuerdas de lino y cintas de color púrpura que pasaban por anillos de plata incrustados en columnas de mármol. Había divanes de oro y de plata sobre un piso de mosaicos de cuarzo,[a] mármol, nácar y otras piedras costosas. NTV.  La reina Vasti, por su parte, ofreció también un banquete para las mujeres en el palacio del rey Asuero.  10 Al séptimo día, como a causa del vino el rey Asuero estaba muy alegre, les ordenó a los siete *eunucos que le servían  11 que llevaran a su presencia a la reina, ceñida con la corona real, a fin de exhibir su belleza ante los pueblos y sus dignatarios, pues realmente era muy hermosa. 12 Pero cuando los eunucos le comunicaron la orden del rey, la reina se negó a ir. Esto contrarió mucho al rey, y se enfureció. NBD.

Ester 1: 15/17,19 15 —Según la ley, ¿qué se debe hacer con la reina Vasti por haber desobedecido la orden del rey transmitida por los eunucos? —preguntó el rey. 16 En presencia del rey y de los funcionarios, Memucán respondió: —La reina Vasti no sólo ha ofendido a Su Majestad, sino también a todos los funcionarios y a todos los pueblos de todas las provincias del reino. 17 Porque todas las mujeres se enterarán de la conducta de la reina, y esto hará que desprecien a sus esposos, pues dirán: “El rey Asuero mandó que la reina Vasti se presentara ante él, pero ella no fue.” 19 »Por lo tanto, si le parece bien a Su Majestad, emita un decreto real, el cual se inscribirá con carácter irrevocable en las leyes de Persia y Media: que Vasti nunca vuelva a presentarse ante Su Majestad, y que el título de reina se lo otorgue a otra mejor que ella. NBD.

Ester 1: 21 21 Al rey y a sus funcionarios les pareció bien ese consejo, de modo que el rey hizo lo que había propuesto Memucán: 16 Ester fue llevada al palacio real ante el rey Asuero en el mes décimo, el mes de *tébet, durante el séptimo año de su reinado. NBD 17 El rey se enamoró de Ester más que de todas las demás mujeres, y ella se ganó su aprobación y simpatía más que todas las otras vírgenes. Así que él le ciñó la corona real y la proclamó reina en lugar de Vasti.  19 Mientras se reunía a un segundo grupo de vírgenes, Mardoqueo permanecía sentado a la puerta del rey.  20 Ester, por su parte, continuó guardando en secreto sus antecedentes familiares y su nacionalidad, tal como Mardoqueo le había ordenado, ya que seguía cumpliendo las instrucciones de Mardoqueo como cuando estaba bajo su cuidado. Ester 2: 17,19/20. NBD.

Ester 2: 21/23  21 En aquellos días, mientras Mardoqueo seguía sentado a la puerta del rey, Bigtán y Teres, los dos *eunucos del rey, miembros de la guardia, se enojaron y tramaron el asesinato del rey Asuero. 22 Al enterarse Mardoqueo de la conspiración, se lo contó a la reina Ester, quien a su vez se lo hizo saber al rey de parte de Mardoqueo. 23 Cuando se investigó el informe y se descubrió que era cierto, los dos eunucos fueron empalados en una estaca. Todo esto fue debidamente anotado en los registros reales, en presencia del rey. NBD. Algún tiempo después, el rey Asuero elevó a Amam, hijo de Hamedata, descendiente de Agag, al cargo de jefe de gobierno de la nación. Todos los que servían al rey en su palacio, se ponían de rodillas e inclinaban la cabeza cuando Amam pasaba o cuando estaban delante de él, porque así lo había mandado el rey; pero Mardoqueo no quiso obedecer esta orden. Ester 3:   1/2. DHH.

Ester 3: 4/6,8  Día tras día se lo reclamaban; pero él no les hacía caso. Por eso lo denunciaron a Amán para ver si seguía tolerándose la conducta de Mardoqueo, ya que éste les había confiado que era judío. Cuando Amán se dio cuenta de que Mardoqueo no se arrodillaba ante él ni le rendía homenaje, se enfureció. Y cuando le informaron a qué pueblo pertenecía Mardoqueo, desechó la idea de matarlo sólo a él y buscó la manera de exterminar a todo el pueblo de Mardoqueo, es decir, a los judíos que vivían por todo el reino de Asuero. Entonces Amán le dijo al rey Asuero: —Hay cierto pueblo disperso y diseminado entre los pueblos de todas las provincias del reino, cuyas leyes y costumbres son diferentes de las de todos los demás. ¡No obedecen las leyes del reino, y a Su Majestad no le conviene tolerarlos! Si le parece bien, emita Su Majestad un decreto para aniquilarlos, y yo depositaré en manos de los administradores trescientos treinta mil kilos[b] de plata para el tesoro real. NBD.

Ester 7: 3/4,6,9/10  La reina Ester respondió:— Si me he ganado el favor del rey, y si esto le parece bien, mi petición y mi deseo es que el rey me conceda mi vida y la de mi pueblo. Pues mi pueblo y yo hemos sido vendidos para ser exterminados, asesinados, aniquilados. Si hubiéramos sido vendidos como esclavos y esclavas, me habría callado, pues este no sería un motivo tan serio como para molestar al rey.  El rey Asuero le preguntó a la reina Ester: — ¿Quién es y dónde está el que ha concebido tal cosa? — ¡El enemigo y adversario es ese miserable de Amán! —respondió Ester—. Y Jarboná, uno de los eunucos reales, dijo:— En la casa de Amán está preparada una horca de veinticinco metros de altura, que él mandó levantar para Mardoqueo, aquel que denunció la conspiración contra el rey.— ¡Pues colgadlo en ella! —ordenó el rey—. 10 Y Amán fue colgado en la horca que él había dispuesto para Mardoqueo, con lo que la ira del rey se aplacó. BLP. Negrilla agregada por V.de.C.

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