!!! Certeza !!!, ...

Juan 8: 31/32 31 Jesús le dijo a la gente que creyó en él: —Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. NTV. 10 ¡Cómo odian ustedes a los jueces honestos! ¡Cómo desprecian a los que dicen la verdad! 11 Pisotean a los pobres, robándoles el grano con impuestos y rentas injustas. Por lo tanto, aunque construyan hermosas casas de piedra, nunca vivirán en ellas. Aunque planten viñedos exuberantes, nunca beberán su vino. 12 Pues yo conozco la enorme cantidad de sus pecados y la profundidad de sus rebeliones. Ustedes oprimen a los buenos al aceptar sobornos y privan al pobre de la justicia en los tribunales. Amos 5: 10/12. NTV.  

... que es conocimiento, el poder genuino que demuela la ignorancia, es la verdad sustraída de la masiva y general mentira, que es pronunciada con astucia y aceptada como verdad por la maliciosa humanidad que solo conoce el miedo, que se anida en las almas-mentes- y los aterroriza en la eterna pesadilla, el sueño de la muerte, el vicio circular en que solo se existe, pues certeza es la seguridad en la vida, absoluto conocimiento de Dios El Creador, que se manifiesta ante el "mundo", como poder espiritual, extrapolado de la mente-alma- como evidencia del propósito que se cumple en constante crecimiento, porque en el Reino de la Vida, en el Cielo, no hay lugar para la vagancia. 

1 de Juan 4: 16B/18 Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 17 Ese amor se manifiesta plenamente[a] entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor, 18 sino que el amor *perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor. NBD. Ustedes mismos son la única carta de recomendación que necesitamos: una carta escrita en nuestro corazón, la cual todos conocen y pueden leer. Y se ve claramente que ustedes son una carta escrita por Cristo mismo y entregada por nosotros; una carta que no ha sido escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; una carta que no ha sido grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos. 2 de Corintios 3: 2/3. DHH.             

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