¡ Convertir !, ...

1 de Pedro 1: 16-20 16Escrito está: «Sean santos, porque yo soy santo.» 17Si ustedes llaman «Padre» a aquel que al juzgar se fija en lo que se ha hecho, y no en quién lo hizo, vivan el resto de sus vidas en el temor de Dios. 18Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero, 20que ya había sido destinado desde antes de que Dios creara el mundo, pero que se manifestó en estos últimos tiempos por amor a ustedes. RVC.

... los dones irrevocables, irrenunciables con los que El Creador Personaliza a sus criaturas, es sustituir al Escultor, La Idoneidad Facultativa otorgada por Dios, por la "indocta", la carente de idoneidad experiencia humana, capaz en su empirismo únicamente de "empujar" a los diamantes irrepetibles personales, únicos, a imitar oficios, profesiones que son obra de talladores extraños, que los manosean en "talleres de ignominia", situados a enormes distancias de los que, "siendo" por llamado, por elección delegada del Creador escultores, renunciaron-como si eso fuera posible- imitando a los que renunciaron a hacer de ellos personas.

Habacuc 2: 15-16,18-20  15»¡Ay de ti, que emborrachas a tu prójimo! ¡Ay de ti, que lo embriagas con vino[a] para contemplar su cuerpo desnudo! 16Con esto te has cubierto de ignominia y no de gloria.¡Pues bebe también tú, y muestra lo pagano que eres![b] ¡Que se vuelque sobre ti la copa de la diestra del Señor, y sobre tu gloria, la ignominia! 18 »¿De qué sirve una imagen, si quien la esculpe es un artesano? ¿De qué sirve un ídolo fundido,  si tan sólo enseña mentiras? El artesano que hace ídolos que no pueden hablar sólo está confiando en su propio artificio. 19¡Ay del que le dice al madero: “Despierta”, y a la piedra muda: “Levántate”! Aunque están recubiertos de oro y plata, nada pueden enseñarle, pues carecen de aliento de vida. 20En cambio, el Señor está en su *santo templo;  ¡guarde toda la tierra silencio en su presencia!» NBD. 

1 de Juan 2: 4-7  4Alguien puede decir: «Yo conozco a Dios», pero si no obedece sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en su vida. 5 Pues el amor llega a su perfección cuando uno obedece lo que Dios enseña. La prueba de que andamos bien con Dios es la siguiente: 6 el que dice que permanece en Dios, debe vivir como vivió Jesús. PDT. 19 Pues, cuando intenté obedecer la ley, la ley misma me condenó. Así que morí a la ley —es decir, dejé de intentar cumplir todas sus exigencias— a fin de vivir para Dios. 20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. Galatas 2: 19-20 NTV.

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