! humanidad !, ...

Salmo 51: 1/5 1Dios mío, por tu gran misericordia, ¡ten piedad de mí!; por tu infinita bondad, ¡borra mis rebeliones! 2 Lávame más y más de mi maldad; ¡límpiame de mi pecado! 3 Reconozco que he sido rebelde; ¡mi pecado está siempre ante mis ojos! 4 Contra ti, y sólo contra ti, he pecado; ¡ante tus propios ojos he hecho lo malo! Eso justifica plenamente tu sentencia, y demuestra que tu juicio es impecable. 5 ¡Mírame! ¡Yo fui formado en la maldad! ¡Mi madre me concibió en pecado! RVC. 

... comprende en esencia, naturaleza de los seres "humanos" dotados desde el vientre de la madres, para negar la Naturaleza Divina ala realmente pertenecen, por lo que su capacidad completa está enfocada en pecar-"ser injustos", para desvirtuar la santidad-"ser justos", abierta rebeldía contra Dios. La naturaleza humana se lee y relee en las mentes-almas- que conciben la Deidad, como cómplice de pecado-injusticia- y por eso cada ser humano encuentra mérito  para conseguirla a través de la multitud de recetas contenida es sus recetarios religiosos, cada ser humano prepara con primor las recetas esperando conseguir la complicidad de sus dioses.

En contraste, una gigantesca minoría de personas, "tiene" una relación personal con la Deidad, pues la Deidad es su Padre, es Dios, al que están unidos espiritualmente, de manera que sus vidas suceden Bendecidas-Aceptadas- por Dios el Creador y Padre, en los Méritos de su Unigénito Hijo Cristo Jesús, Aceptación que surte efecto porque, El, Cristo Jesús, habita en el corazón de cada uno, de los redimidos de la muerte causada por el pecado-injusticia- en la cruz y creados de nuevo, nacidos de nuevo, de la Genética Divina, de la misma Naturaleza de su Padre, por tanto miembros de la familia de Dios.     

Filipenses 3: 17/21 17Hermanos míos, sigan mi ejemplo. Y fíjense en los que así lo hacen. 18Hay muchos que viven como si la muerte de Cristo en la cruz no sirviera de nada. Eso ya se lo había dicho a ustedes varias veces, pero ahora vuelvo a repetirlo con lágrimas en los ojos. 19Esa gente va a terminar en el infierno. Vive sólo para comer, y está orgullosa de lo que hace, cuando en realidad debería sentir vergüenza. Sólo piensa en las cosas malas de este mundo. 20Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. 21Nuestros débiles cuerpos serán destruidos, pero él los transformará en cuerpos gloriosos como el suyo. Esto lo hará con el mismo poder con que controla todo el universo. TLA.

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