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Ezequiel 13: 1/7 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Habla en mi nombre contra los profetas de Israel, esos profetas que hablan por su propia cuenta, y diles: “Oigan la palabra del Señor: 3 ¡Ay de los profetas estúpidos que siguen su propia inspiración y no tienen verdaderas visiones! 4 Tus profetas, Israel, son como zorras que viven entre ruinas. 5 No han hecho nada para defender a Israel, para que pueda resistir en la batalla cuando venga el día del Señor. 6 Sus visiones son falsas y sus profecías son mentira. Dicen que hablan de mi parte, pero yo no los he enviado. ¡Y esperan que sus palabras se cumplan! 7 ¡Las visiones que ustedes tienen son falsas! ¡Sus profecías son mentira! Dicen que hablan de mi parte, pero yo no he dicho nada. DHH.

... es la falsedad, porque perdió, la genuinidad de su origen, y cayo, en el vacío del engaño y la mentira, de la que fue victima, como anticipo de su asesinato, del magnicidio, consecuencia de haber permitido la enseñanza astuta, del vil impostor del maestro, que agazapado, encubierto de su horripilante y eterna mezquindad, enarbolando re buscadísimas palabras, dulcísimas, afirmaciones, entretenidas fábulas, corrompió la inocencia, pervirtió la santidad, y sembró muerte, en el grado de castigo eterno.

2 de Pedro 2: 1/7 Entre el pueblo hubo también falsos profetas, como también habrá entre ustedes falsos maestros que con disimulo introducirán herejías destructivas, y hasta llegarán a negar al Señor que los rescató, con lo que atraerán sobre sí mismos súbita destrucción. 2 Muchos imitarán su conducta indecente, y por causa de ellos se hablará mal del camino de la verdad. 3 Por su rapacidad, estos falsos maestros harán negocio con ustedes. Pero la condenación los espera desde hace mucho tiempo, y su perdición ya está en camino.

4 Es un hecho que Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los lanzó a oscuras prisiones, donde se les vigila para llevarlos a juicio. 5 Y tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que protegió a Noé, quien proclamó la justicia, y a otras siete personas, y luego envió el diluvio sobre el mundo de los impíos. 6 Dios también condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, y las redujo a cenizas, para que sirvieran de escarmiento a los futuros impíos, 7 pero puso a salvo al justo Lot, que vivía abrumado por la desenfrenada conducta de los malvados. RVC.

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