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Números 31: 41/47 41 Moisés dio el tributo, que era la ofrenda del Señor, al sacerdote Eleazar, tal como el Señor había ordenado a Moisés. 42 En cuanto a la mitad para los israelitas, que Moisés había apartado de los hombres que habían ido a la guerra, 43 la mitad del botín de la congregación fue de 337,500 ovejas, 44 36,000 cabezas de ganado, 45 30,500 asnos, 46 y 16,000 seres humanos. 47 De la mitad del botín de los israelitas, Moisés tomó uno de cada 50, tanto de hombres como de animales, y se los dio a los levitas, los cuales estaban encargados del tabernáculo del Señor, tal como el Señor había ordenado a Moisés. NBLA

... contados entre los animales, que la congregación de los israelitas; llamados el pueblo de Dios, al punto de la declaración que Moisés le hizo al faraón, en que Dios reconoce a los descendientes de Jacob, como su hijo primogénito, hijos que son personas libres de la simple condición de seres humanos, debido al conocimiento de Dios, su Creador y Dios y Padre, condición espiritual, que ciertamente los diferenciaba, como se diferencian hoy, de aquéllos que prevalecen dando rienda suelta a su vil depravación, en paralelo, con los animales, pero en nada perecidos lo que hacen los ani-males-, que por igual desconocen a Dios.

Romanos 6: 17/22 17 Pero gracias a Dios, que aunque ustedes eran esclavos del pecado, se hicieron[a] obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fueron entregados, 18 y habiendo sido libertados del pecado, ustedes se han hecho siervos de la justicia. 19 Hablo en términos humanos, por causa de la debilidad de su carne. Porque de la manera que ustedes presentaron sus miembros como esclavos a la impureza y a la iniquidad, para iniquidad, así ahora presenten sus miembros como esclavos a la justicia, para santificación. 20 Porque cuando ustedes eran esclavos del pecado, eran libres en cuanto a la justicia. 21 ¿Qué fruto tenían entonces en[b] aquellas cosas de las cuales ahora se avergüenzan? Porque el fin de esas cosas es muerte. 22 Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida eterna. NBLA.