Malos e incrédulos

Hebreos 3: 12 Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente. DHH.

La meditación en que nos compromete la voz de Dios hoy, esta centrada en su morada, porque su morada es nuestro corazón. De acuerdo con lo que Dios nos enseña, en su Palabra La Biblia, El único que puede habitar en nuestro corazón es El, porque El es Amor y es quien lo creó, y le dió esta "función".

Cuando la maldad, el pecado, toma el sitio en que debe habitar Dios, nace la religión, que justificará el camino de separación entre Dios y sus hijos, cuando los hijos llenan sus corazones de maldad y pierden el contacto con la persona de Dios El Padre, cayendo en la adoración de las organizaciones religiosas y sus dioses.

Efesios 3: 14/18
Por esta razón me pongo de rodillas delante del Padre, de quien recibe su nombre toda familia, tanto en el cielo como en la tierra. Pido al Padre que de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios, que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. Y que así puedan comprender con todo el pueblo santo cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. DHH.

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