Vivir como, ...

2 de Corintios 5: 14/17 Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua. Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos. Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un tiempo, pensábamos de Cristo sólo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo conocemos ahora! Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! NTV.

... quien soy, no como quien fui. Es así como obra todo aquel que en un tiempo pensaba de Cristo desde su punto de vista humano influenciado erróneamente por la religión, llevando a efecto su existencia, en base a "sus dependencias", a los "es que sin esto", los que en verdad éran el motor de todos sus actos, y la razón de ser de sus relaciones con los otros seres humanos.

Galatas 5: 19/21 Es fácil ver lo que hacen quienes siguen los malos deseos: cometen inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y viciosas, adoran ídolos y practican la brujería. Mantienen odios, discordias y celos. Se enojan fácilmente, causan rivalidades, divisiones y partidismos. Son envidiosos, borrachos, glotones y otras cosas parecidas. Les advierto a ustedes, como ya antes lo he hecho, que los que así se portan no tendrán parte en el reino de Dios. DHH.

En Cambio, el que conoce a Dios, en Cristo Jesús el unigénito del Padre Celestial, sabe que todo lo anterior, causó la muerte de Cristo en la Cruz y que por esa razón, cada uno muere con El a la vida antigua, para recibir en Cristo La Vida Nueva que es el comienzo de la manifestación del Espíritu Santo, que obra para que el carácter de Cristo Jesús, sea manifestado en la nueva persona.

Galtas 5: 22/24 En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley. Y los que son de Cristo Jesús, ya han crucificado la naturaleza del hombre pecador junto con sus pasiones y malos deseos. DHH.

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