El Unico, ...

Mateo 12: 38/39 Un día, algunos maestros de la ley religiosa y algunos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron: —Maestro, queremos que nos muestres alguna señal milagrosa para probar tu autoridad. Jesús les respondió: —Solo una generación maligna y adúltera exigiría una señal milagrosa; pero la única que les daré será la señal del profeta Jonas. NTV.

... remedio para "solucionar la apostasía", en que existe la sociedad y la religión, y en la que ha caído una gran parte de la que era la familia de Dios, su iglesia, su remanente, es el arrepentimiento. Es la oferta del Creador del universo que recibieron los que por su horrible capacidad pecaminosa, fueron los autores de su muerte y es la misma oferta que esta vigente hoy.

Mateo 12: 40/45 Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches, el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches. »El día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse. La reina de Saba también se levantará contra esta generación el día del juicio y la condenará, porque vino de una tierra lejana para oír la sabiduría de Salomón. Ahora alguien superior a Salomón está aquí, pero ustedes se niegan a escuchar. »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va al desierto en busca de descanso, pero no lo encuentra. Entonces dice: “Volveré a la persona de la cual salí”. De modo que regresa y encuentra su antigua casa vacía, barrida y en orden. Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes. Eso es lo que le ocurrirá a esta generación maligna. NTV.

Hebreos 3: 7/15 Por eso hay que hacer lo que el Espíritu Santo dice: «Si hoy escuchan la voz de Dios, no sean tercos, como aquellos israelitas, que no quisieron obedecerlo en el desierto. Ellos quisieron ver hasta dónde soportaría Dios su desobediencia. »Por eso Dios les dijo: Aunque los traté bien durante cuarenta años, sus antepasados me pusieron a prueba en el desierto. Entonces me enojé, y les hice ver que vivían en el error, pues no obedecían mis mandamientos. Por eso, ya enojado decidí: “No voy a permitirles entrar en la tierra prometida, donde los habría hecho descansar.”» ¡Cuidado, hermanos! No piensen en lo malo, ni dejen de confiar en el Dios que vive para siempre, para que no se aparten de él. Al contrario, mientras aún queda tiempo, cada uno debe animar al otro a seguir confiando. Así nadie dejará de obedecer a Dios, ni pensará que, si peca, hace el bien. Al principio, cuando confiamos en Cristo, nos hicimos compañeros suyos; y si no dejamos de confiar en él, seguiremos siendo sus compañeros siempre. Por eso la Biblia dice: «Si hoy escuchan la voz de Dios, no sean tercos, como aquellos israelitas que no quisieron obedecerlo.» TLAD.

Proverbios 1: 20/33 La sabiduría grita en las calles, levanta su voz en las plazas y clama en las esquinas llenas de gente; cerca de las puertas de la ciudad argumenta: «¿Hasta cuándo, ignorantes, seguirán amando la torpeza? ¿Hasta cuándo los burlones seguirán felices de hacer tonterías? ¿Hasta cuándo los brutos seguirán odiando el saber? Hagan caso a mi corrección, y yo derramaré mi espíritu sobre ustedes; les daré a conocer mis pensamientos. Yo los llamé, pero ustedes no me atendieron; les ofrecí mi mano, pero no me hicieron caso. Ustedes rechazaron mis consejos, se negaron a aceptar mi corrección. Por eso también yo me reiré de ustedes cuando les lleguen las dificultades; disfrutaré viéndolos todos atemorizados, cuando les llegue como una tormenta lo que tanto temen, y la desgracia los agarre como un torbellino. »Entonces me llamarán, pero yo no responderé. Me buscarán al amanecer, pero no me encontrarán; porque odiaron el conocimiento, se negaron a respetar al SEÑOR. No quisieron escuchar mis consejos y no hicieron caso a mis correcciones, así que tendrán que comer del fruto de sus acciones y quedar hartos de sus propias maquinaciones. Los tontos mueren porque se niegan a seguir la sabiduría; los ricos son felices siguiendo su forma insensata de obrar, y eso los destruye. En cambio, el que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer ninguna desgracia». PDT.

Comentarios

Entradas populares