El toque, ...

Salmo 73: 26 La salud me puede fallar, mi espíritu puede debilitarse, ¡pero Dios permanece! ¡Él es la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre! NBD.

... que mueve la mano de Dios, es el corazón del hombre; el corazón es el epicentro del Amor, en el que Dios reina por sobre todo lo que es solo apariencia o es pasajero, de modo que "esos corazones", son el templo desde el que Dios gobierna para bien de los que lo aman; pero es también el epicentro del odio, en el que reina la esquizofrenia que es el caos que niega a Dios, se niega a si mismo y niega a los que lo rodean.

Juan 2: 23/25 Mientras Jesús estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en él al ver las señales milagrosas que hacía. Pero Jesús no confiaba en ellos, porque los conocía a todos. No necesitaba que nadie le dijera nada acerca de la gente, pues él mismo conocía el corazón del hombre. DHH.

Salmo 53: 1/3 Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno que haga lo bueno! Dios mira desde los cielos a toda la raza humana; observa para ver si hay alguien realmente sabio, si alguien busca a Dios. Pero no, todos se desviaron; todos se corrompieron. No hay ni uno que haga lo bueno, ¡ni uno solo! NTV.

Salmo 139: 1/5 Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir incluso antes de que lo diga, S eñor. Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. NTV.

Mateo 9:3/4 Entonces algunos de los maestros de la ley religiosa decían en su interior: «¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree que es Dios?». Jesús sabía lo que ellos estaban pensando, así que les preguntó: «¿Por qué tienen pensamientos tan malvados en el corazón? NTV.

Mateo 12: 34 ¡Raza de víboras! ¿Cómo pueden decir cosas buenas, si ustedes mismos son malos? De lo que abunda en el corazón, habla la boca. DHH.

Romanos 10: 9/10 Si, pues, tus labios confiesan que Jesús es el Señor y crees en tu interior que Dios lo hizo resucitar triunfante de la muerte, serás salvado. Porque se necesita la fe interior del corazón para que Dios restablezca en su amistad, y la pública confesión de esa fe para obtener la salvación. BHTI.

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