Habitar, ...

Salmo 91: 1,9 El que habita al amparo del Altísimo Morará a la sombra del Omnipotente. Porque has puesto al S eñor, que es mi refugio, Al Altísimo, por tu habitación. NBLH.

... en la morada del Amo, o en la morada que construí con mi propio esfuerzo; permanecer en la Casa del Señor, el Dios omnipotente, todopoderoso, dedicando cada minuto de Vida y cada centavo a mantener en "armonía y bien alimentada la familia de Dios", en la seguridad de su cuidado y protección, sobre todo mal y acechanza, cumpliendo siempre el propósito de Dios.

Salmo 91: 2/16 Yo le digo al SEÑOR: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza. Dios mío, confío en ti». Dios te salvará de los peligros escondidos y de las enfermedades peligrosas, pues te protegerá con sus alas y bajo ellas hallarás refugio. Su fidelidad será tu escudo y tu muralla protectora. No te atemorizará el peligro de la noche, ni las flechas que se lanzan en el día; tampoco la plaga que anda en la oscuridad, ni el destructor que llega a plena luz del día. Mil caerán muertos a tu izquierda y diez mil a tu derecha, pero a ti no te sucederá nada. Sólo fíjate y verás que los perversos recibirán su merecido. Porque tú confiaste en el SEÑOR e hiciste que el Altísimo fuera tu protección. Nada malo te sucederá, no ocurrirá ningún desastre en tu casa; porque él dará orden a sus ángeles para que te protejan a dondequiera que vayas. Ellos te levantarán con sus manos para que ninguna piedra te lastime el pie. Pisotearás leones y serpientes venenosas; triunfarás sobre cachorros de león y monstruos. «Yo lo salvaré, porque confió en mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre. Me llamará y yo le responderé; estaré con él cuando se encuentre en dificultades; lo rescataré y haré que le rindan honores. Haré que disfrute de una larga vida y le mostraré mi salvación». PDT.

Romanos 8: 28,31/32,34/35,38/39 Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito. ¿Qué podemos decir de todo esto? Si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros. Dios mostró su favor hacia nosotros hasta tal punto que dio a su propio Hijo para que muriera por nosotros. Siendo así, ¿cómo no nos va a dar, junto con él, todo lo que tiene? ¿Quién va a condenarnos? Cristo fue quien murió por nosotros y además resucitó. Ahora Cristo está sentado a la derecha de Dios y está rogando por nosotros. ¿Podrá algo separarnos del amor de Cristo? Ni las dificultades, ni los problemas, ni las persecuciones, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro ni tampoco la muerte. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los poderes diabólicos, ni lo presente, ni lo que vendrá en el futuro, ni poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo PDT.

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