El Hijo, ...

Juan 17: 1,4,8,14/16 Después de decir estas cosas, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, la hora ha llegado: glorifica a tu Hijo, para que también él te glorifique a ti. »Yo te he glorificado aquí en el mundo, pues he terminado la obra que tú me confiaste. pues les he dado el mensaje que me diste, y ellos lo han aceptado. Se han dado cuenta de que en verdad he venido de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo les he comunicado tu palabra, pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo. DHH.

... Unigénito de Dios ha de ser reconocido por su estilo de vida, ha de ser reconocido como esencia, del Evangelio que explica todo lo que Dios le ha revelado a la humanidad, sin embargo los hombres solo pudieron reconocerlo como alguien "igual a ellos", en su ceguera maliciosa trataron de inducirlo a ser parte del sistema religioso que era una pequeña parte de sus estilos de vida, les fue imposible apreciar que la Religión de Cristo Jesús, es el Amor, manifestado en su manera de vivir, El Unico absolutamente distinto de todos los hombres nacidos de los deseos y de la naturaleza humana.  

Hebreos 4: 14/15 Por lo tanto, ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús el Hijo de Dios, aferrémonos a lo que creemos. Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. NTV.

Juan 8: 3/7 Los maestros de la ley y los fariseos le llevaron una mujer que había sido sorprendida cometiendo adulterio. La pusieron en medio de ellos y le dijeron a Jesús: —Maestro, esta mujer fue sorprendida cometiendo adulterio. Moisés nos ordenó en su ley que matemos a pedradas a la mujer que haga esto. ¿Tú qué dices? Ellos le decían esto para ponerlo a prueba. Buscaban algo de qué acusarlo. Él se agachó y empezó a escribir en el suelo con el dedo. Ellos seguían preguntándole lo mismo. Así que se puso de pie y les dijo: —El que nunca haya pecado que tire la primera piedra. PDT.

Salmo 51: 1/5 Dios mío, por tu gran misericordia, ¡ten piedad de mí!; por tu infinita bondad, ¡borra mis rebeliones! Lávame más y más de mi maldad; ¡límpiame de mi pecado! Reconozco que he sido rebelde; ¡mi pecado está siempre ante mis ojos! Contra ti, y sólo contra ti, he pecado; ¡ante tus propios ojos he hecho lo malo! Eso justifica plenamente tu sentencia, y demuestra que tu juicio es impecable. ¡Mírame! ¡Yo fui formado en la maldad! ¡Mi madre me concibió en pecado! RVC.

Marcos 2: 9/11 ¿Qué es más fácil? ¿Que le diga al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o que le diga: “Levántate, toma tu camilla y anda”? Pues para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, éste le dice al paralítico: “Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.”» RVC.

Marcos 9: 43/48 Y si tu mano te hace pecar, córtala. Es mejor perder una parte del cuerpo pero tener la vida eterna. Eso es mucho mejor que tener las dos manos e ir al infierno. En aquel lugar el fuego nunca termina. Si tu pie te hace pecar, córtalo. Es mejor perder parte del cuerpo pero tener la vida eterna. Eso es mucho mejor que tener dos pies y ser echado al infierno. Si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Es mejor entrar con un solo ojo al reino de Dios que tener los dos ojos y ser echado al infierno. Allí los gusanos que se comen el cuerpo no mueren nunca y el fuego jamás se apaga. PDT.

Juan 3: 16/21 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. »No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios. Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas. Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto, pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo que Dios quiere. NTV. 

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