Creacion, ...

Deuteronomio 27: 14/15 14Los levitas se dirigirán a todos los israelitas y proclamarán en voz alta lo siguiente: 15¡Maldito sea quien haga un ídolo tallado o de metal fundido —creación humana, que el Señor abomina— y lo adore en secreto! Y el pueblo a una responderá: ¡Amén! BLP.  14 Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el que está en el origen de la obra creadora de Dios: BLP.
 
... humana que El Señor abomina, es la creación que nace de las manos creadas de los seres humanos, usando los materiales que Dios creó; les da forma según su naturaleza pecaminosa, y les asigna el "uso" que le parece según su esclavizada y perniciosa carnalidad;  edifica monumentos y los llena de su creación y decide que son dioses y diosas puestos, entronados como servidores del mundo que niega, que odio a Dios, socarronamente encubre su "deidad" argumentando que todo esto es el culto a dios que es la religion que son su practicas les conseguirá todas las bendiciones que quieran. 
 
Cristo Jesús Creador " Quien cierra toda promesa de Dios", porque Cristo Jesús es el Amen de Dios, declara bajo maldición toda obra del las manos de las criaturas que El creó, dedicadas a crear a dios, con la intención deliberada de burlarse de El, las criaturas que crean casas para visitar a los dioses y diosas que han creado, porque se negaron y se niegan a "ser el templo" en le que El Habita, diseñado y creado para este exclusivo fin, por tanto los que fueron pueblo de Dios, y los que después de la cruz son la iglesia, responden como uno solo !Amen!, que es Cristo Jesús!, a su declaración de maldición al sistema religioso.    
 
2 de Corintios 1: 19/22 19Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que Silvano, Timoteo y yo les hemos predicado, no ha sido «Sí» y «No»; sino que siempre ha sido «Sí» en él. 20 Porque todas las promesas de Dios en él son «Sí». Por eso, por medio de él también nosotros decimos «Amén», para la gloria de Dios. 21Y es Dios el que nos confirma con ustedes en Cristo, y es Dios el que nos ha ungido, 22y es Dios el que también nos ha marcado con su sello, y el que, como garantía, ha puesto al Espíritu en nuestros corazones. RVC.
 
Romanos 1: 24/25 24 Entonces Dios los abandonó para que hicieran todas las cosas vergonzosas que deseaban en su corazón. Como resultado, usaron sus cuerpos para hacerse cosas viles y degradantes entre sí. 25 Cambiaron la verdad acerca de Dios por una mentira. Y así rindieron culto y sirvieron a las cosas que Dios creó pero no al Creador mismo, ¡quien es digno de eterna alabanza! Amén. NTV.
 
Romanos 11: 33/36 33 Qué grande es la riqueza de Dios, qué enorme su sabiduría y entendimiento.
Nadie puede explicar las decisiones de Dios, ni puede entender lo que hace y cómo lo hace. 34 «¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién puede darle consejos a Dios? [a] 35 Nadie le ha prestado nada a Dios como para que Dios esté obligado a pagarle». [b] 36 Dios ha creado todo y todo existe por él y para él. ¡A Dios sea el honor por toda la eternidad! Amén
. PDT.
 
Hechos 19: 23/28 23 Por aquellas fechas se originó un serio motín popular a causa del nuevo camino del Señor. 24 Cierto orfebre llamado Demetrio fabricaba reproducciones en plata del templo de Artemisa, con lo cual facilitaba cuantiosas ganancias a los artesanos. 25 Reunió el tal Demetrio a estos y a los demás obreros del ramo y les dijo: — Compañeros, ya sabéis que nuestro bienestar depende de nuestro oficio. 26 Y seguro que habréis visto y oído cómo ese individuo, Pablo, ha logrado convencer a multitud de gente, no sólo en Éfeso, sino en casi toda la provincia de Asia, que no pueden ser dioses los que fabricamos con nuestras manos. 27 Esto no solamente trae consigo el riesgo de desacreditar nuestra profesión, sino de que se pierda el respeto al templo de nuestra gran diosa Artemisa y cese el culto que actualmente se rinde a su divina grandeza en toda la provincia de Asia y en el mundo entero. 28 Al oír estas palabras, enardecidos de furia, comenzaron a gritar: — ¡Viva la Artemisa de Éfeso! BLP.
 
Jeremías 44: 15/22 15Entonces, aquellos que sabían que sus esposas ofrecían incienso a otros dioses, y las mujeres que se encontraban allí, todos los cuales formaban un grupo numeroso, más los judíos que vivían en la región sur de Egipto, respondieron a Jeremías: 16—No haremos caso de ese mensaje que nos has traído de parte del Señor. 17Al contrario, seguiremos haciendo lo que habíamos decidido hacer. Seguiremos ofreciendo incienso y ofrendas de vino a la diosa Reina del Cielo, como lo hemos hecho hasta ahora y como antes lo hicieron nuestros antepasados y nuestros reyes y jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Pues antes teníamos comida en abundancia, nos iba bien y no nos vino ninguna desgracia; 18pero desde que dejamos de ofrecer incienso y ofrendas de vino a la Reina del Cielo, nos falta de todo, y nuestra gente muere de hambre o en la guerra. 19Las mujeres añadieron: —Nosotras hacíamos tortas que representaban a la Reina del Cielo, y le ofrecíamos incienso y ofrendas de vino, pero todo ello con el consentimiento de nuestros esposos. Y lo seguiremos haciendo. 20Entonces Jeremías respondió a todos los hombres y mujeres que le habían contestado de esa manera: 21—¿Creen ustedes que el Señor no se daba cuenta, o se había olvidado, de que ustedes y sus antepasados, sus reyes, sus jefes y el pueblo en general, ofrecían incienso a otros dioses en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 22Pero el Señor ya no pudo soportar más las malas acciones que ustedes cometían y que a él tanto le disgustan. Por eso el país de ustedes está hoy en ruinas y sin nadie que viva en él; se ha convertido en ejemplo de maldición, en algo que causa terror. DHH.

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