Juzgar, ...

Juan 8: 14/16  14Jesús les contestó: —Mi testimonio sí tiene valor, aunque lo dé yo mismo a mi favor. Pues yo sé de dónde vine y a dónde voy; en cambio, ustedes no lo saben. 15Ustedes juzgan según los criterios humanos. Yo no juzgo a nadie; 16pero si juzgo, mi juicio está de acuerdo con la verdad, porque no juzgo yo solo, sino que el Padre que me envió juzga conmigo. DHH.
 
... es para lo seres humanos, la mas grande de sus actividades; es el mas "amado deporte"; es el téquel en el que pesan inmisericordemente, todo lo que pasa por sus falibles mentes-animas- utilizando como criterio la cicatrizada tradición social y religiosa "gubiada" en sus conciencias por los "antepasados", que sentaron catedra sobre el bien y el mal; catedra que es "doctorada" por el aporte de cada quien, que agrega su criterio, al rugoso, al añejo criterio milenario, olvidando amañadamente aplicar ese téquel a su propia conciencia, a su propia "intimidad".
 
Daniel 5: 27 27Tekel significa “pesado”; usted ha sido pesado en la balanza de Dios y no ha pasado la prueba. NBD.  Por eso, tú, quienquiera que seas, no tienes excusa cuando te eriges en juez de los demás. Al juzgar a otro, tú mismo te condenas, pues te eriges en juez no siendo mejor que los demás. Es sabido que el juicio de Dios cae con rigor sobre quienes así se comportan. Y tú que condenas a quienes actúan así, pero te portas igual que ellos, ¿te imaginas que vas a librarte del castigo de Dios? ¿Te es, acaso, indiferente la inagotable bondad, paciencia y generosidad de Dios, y no te das cuenta de que es precisamente esa bondad la que está impulsándote a cambiar de conducta? Eres de
 
corazón terco y obstinado, con lo que estás amontonando castigos sobre ti para aquel día de castigo, cuando Dios se manifieste como justo juez y pague a cada uno según su merecido: a los que buscan la gloria, el honor y la inmortalidad mediante la práctica constante del bien, les dará vida eterna; en cambio, a los contumaces en rechazar la verdad y adherirse a la injusticia les corresponde un implacable castigo. Habrá angustia y sufrimiento para cuantos hacen el mal: para los judíos, desde luego; pero también para los no judíos. 10 Gloria, honor y paz, en cambio, para los que hacen el bien, tanto si son judíos como si no lo son. Romanos 2: 1/10. BLP. 

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