! ! El muro ! !, ...

Efesios 2: 14/15 14 Cristo es nuestra paz. Él hizo de judíos y de no judíos un solo pueblo, destruyó el muro que los separaba y anuló en su propio cuerpo la enemistad que existía. 15 Puso fin a la ley que consistía en mandatos y reglamentos, y en sí mismo creó de las dos partes un solo hombre nuevo. Así hizo la paz. DHH. 19 »Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos los días ofrecía espléndidos banquetes. 20 Había también un pobre llamado Lázaro, que estaba lleno de llagas y se sentaba en el suelo a la puerta del rico. 21 Este pobre quería llenarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. 22 Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado. Lucas 16: 19/22 DHH.
 
... que levantó satanás entre los hombres y su Creador, es la barrera espiritual edificada tan "solida e infranqueable" que se extiende desde el "piso de este mundo", hasta el punto en que comienza el piso del infierno; su solida estructura es inderribable sostenida por la muerte, que da lugar al abismo en el que deliberadamente, las mayoría de los seres humanos, serán "enterrados" y en ese estado, pasaran la eternidad; el dios de este mundo junto con sus huestes, potestados, principados y gobernadores de la oscuridad, le da riguroso mantenimiento al muro de la ignominia, con multitud de materiales religiosos y en especial con las "prescripciones de la ley de Moisés", desarrollando "pequeños muros" los grupos religiosos para mantenerlos ocupados del "otro lado del muro", el muro de la separación eterna de Dios.    
 
Lucas 16: 23/26 23 »Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado. 24 Entonces gritó: “¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego.” 25 Pero Abraham le contestó: “Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres. 26 Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar aquí.” DHH.

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