! desheredados ¡, ...
Malaquias 1: 6/7 6 El SEÑOR Todopoderoso dice: «El hijo honra al padre y el siervo a su amo, entonces, ¿dónde está el honor que ustedes me deben por ser su padre? ¿Dónde está el respeto que ustedes me deben por ser su amo? Ustedes los sacerdotes me faltan al respeto y luego se atreven a preguntar: “¿En qué te hemos faltado al respeto?” 7 Pues en que no han honrado mi nombre al ofrecer alimentos impuros en mi altar. Ustedes preguntan: “¿En qué no te hemos honrado?” Pues en que ustedes consideran que la mesa del SEÑOR es algo despreciable. PDT.
... pródigos sin padre, disipados que desprecian la casa, el hogar, del que son lo amado, lo fundamental del propósito de la vida, renegaron de la Autoridad Armonica de su Padre, de la que en comunión, en plena identificación con El, les pertenece, es su heredad eterna, sin embargo desprovistos del cimiento en que se edifica la madurez de los que son hijos, aquel espíritu de vida que perdieron, perdieron enteramente y para siempre la Mayor herencia posible, que es su Padre, mas los Bienes espirituales, en que se basa se crecimiento, su desarrollo, su realización como personas, que forman la familia de Dios.
Romanos 8: 10/17 10 Y Cristo vive en ustedes; entonces, aunque el cuerpo morirá por causa del pecado, el Espíritu les da vida,[a] porque ustedes ya fueron hechos justos a los ojos de Dios. 11 El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes. 12 Por lo tanto, amados hermanos, no están obligados a hacer lo que su naturaleza pecaminosa los incita a hacer; 13 pues, si viven obedeciéndola, morirán; pero si mediante el poder del Espíritu hacen morir las acciones de la naturaleza pecaminosa,[b] vivirán.
14 Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos.[c] Ahora lo llamamos «Abba, Padre»[d]. 16 Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios. 17 Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento. NTV.
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